" pongamos la maquinaria en movimiento, dejemos de imaginarnos ese “one day…” y cambiémoslo por “Day One”
De aquí a 20 años, daríamos lo que fuera por: tener la edad que tenemos hoy o tener la salud que tenemos hoy o tener el tiempo que tenemos hoy. Sin embargo hoy, pensamos que no estamos preparados para iniciar aquello que queremos iniciar. Y muy probablemente no lo estemos, pero una acción imperfecta es mejor que la inacción perfecta, un pequeño paso hoy hacia esa meta es mucho mejor que el avance gigantesco que imaginamos pasará más adelante. Casi siempre ese: “la próxima semana empiezo, el próximo mes empiezo o el próximo año empiezo” se repite una y otra vez, demostrándonos que esa idea fantasiosa de que en aquel momento estaremos más preparados, o más motivados, o que todo se alineará y mágicamente iniciaremos acciones sin mayor esfuerzo es falso. Es una excusa de la que nos convencemos por miedo a iniciar. Casi siempre es más el temor a lo desconocido, la incomodidad de salir de la zona de confort que la pereza.
El único momento que sabemos que tenemos es el ahora, todo plan futuro está sujeto a múltiples factores incontrolables, entonces, aprovechemos el momento y empecemos aquello que hemos estado postergando incontables veces.
Una manera de combatir esa procrastinación es reducir la tarea inicial a lo más sencillo posible: pongamos un caso como ejemplo: “Tengo 30 años y soy una persona sedentaria, nunca he hecho ejercicio, tengo sobrepeso y me avergüenza un poco mi aspecto y entiendo que hacer ejercicio también va a beneficiar mi salud, por lo que mi objetivo es empezar a hacer ejercicio. Hoy es 27 de noviembre, está terminando el año, el inicio del 2024 es un buen momento para hacerlo. Está decidido a partir del 1 de enero de 2024 voy hacer ejercicio, voy a bajar de peso, a ponerme en forma y mejorar mi salud!”
Por más linda que suene esa idea, por mucha motivación que tenga, lo más probable es que ese plan fracase. Es común vernos/imaginarnos que en un futuro sí estaremos preparados para lo que hoy no nos sentimos así, pero lamentablemente el 1 de enero llegará y estaremos igual de preparados que hoy, la diferencia es que hoy tenemos 1 mes más de tiempo para poder poner en marcha pequeñas acciones que nos faciliten poner en movimiento todo el engranaje de la maquinaria de un nuevo hábito. Por lo que un mejor plan sería: “A partir del 1 de enero de 2024 voy hacer ejercicio, voy a bajar de peso, a ponerme en forma y mejorar mi salud! Por lo cual debo empezar hoy mismo a trabajar sobre las pequeñas tareas que me van ayudar a lograrlo, primera tarea: voy a sacar mi ropa de ejercicio del closet y la colocaré en un lugar de mi habitación que sea inevitable no verla”.
Puede sonar o verse muy tonto, pero es un paso adelante, es una meta conseguida, lo que nos va a reforzar positivamente y a darnos ganas de seguir consiguiendo esas metas. Luego puede ser, cada día antes de acostarme voy hacer 1 pechada. Suena a algo muy fácil de lograr, pero hacer esa pequeña acción frente a no haber hecho nada durante muchos años es un paso adelante.
Vamos a ir sumando tareas y objetivos pequeños, que en el momento parecerán insignificantes, pero en conjunto, cuando quieras darte cuenta, vas a estar realizando dichas acciones casi que en automático, y va llegar el 1 de enero de 2024 y no vas a encontrar resistencia para seguir realizando ese hábito o proyecto que te propusiste conseguir, porque ya la maquinaria viene en movimiento desde mucho antes.
Ahora piensa en la misma situación si solo hubiéramos dejado que el tiempo pase, llega el amanecer del 1 de enero de 2024 y pretendemos que como acto de magia ya tengamos la disciplina, constancia y que rápidamente transformemos nuestra vida. Es imposible, por eso la mayoría desiste en poco tiempo, al ver que esa persona que amaneció el 1 de enero de 2024 no es muy diferente a la que se propuso el objetivo 1 mes antes. Entonces no perdamos tiempo ni nos engañemos a nosotros mismos, tomemos acción hoy, empecemos por la tarea más sencilla posible y pongamos la maquinaria en movimiento, dejemos de imaginarnos ese “one day…” y cambiémoslo por “Day One”